
Hay una serie de consejos que te pueden ayudar a llevar con paciencia y orden este nuevo proceso de tu vida, a fin de que el cambio entre tu estilo de vida anterior y esta nueva tarea como cuidador pueda transitar sin tantos problemas:

Infórmate sobre la enfermedad de tu familiar para poder entenderlo mejor
El médico que atiende a tu familiar es el indicado para proveerte de toda la información que necesitas y hará que comprendan mejor la enfermedad a la que se están enfrentando. No dudes en manifestarle todas tus dudas, así como pedirle dónde encontrar más información y apoyo. Puedes consultar información segura en páginas de asociaciones médicas especializadas en la enfermedad que padece tu familiar. La información te ayudará a entender los cuidados que tu familiar requiere y podrás entender lo que está padeciendo.
Aprende a delegar con tus familiares las tareas y las responsabilidades
Reúnete con los miembros de tu familia y expresen lo que consideran mejor para los cuidados de su familiar enfermo, de manera que todos puedan aportar algo. No toda la responsabilidad tiene que caer sobre ti, manifiesta tu desacuerdo cuando creas que las responsabilidades no están distribuidas justamente. Pueden organizarse por días o por turnos. Aceptar ayuda también involucra aceptar la manera en la que los demás nos ayudan, así que no entres en conflicto, no busques que realicen los cuidados tal como tú lo haces, basta con que hagan lo que el familiar enfermo en verdad necesita.

Dedica un tiempo al día para hacer algo que te guste
Lo ideal es buscar el equilibrio entre tus intereses personales y los cuidados y necesidades de tu familiar enfermo. Haz una lista con las actividades que gustaría realizar y mira cuál de ellas es más factible de realizar sin tener que dejar a tu familiar.
Busca quien pueda ayudarte a cuidar a tu familiar enfermo por lo menos unas horas a la semana para que salgas a relajarte
Aunado al anterior consejo, busca quien te pueda ayudar a cuidar a tu familiar para que puedas salir a distraerte y relajarte. Disfruta esos pequeños momentos sin culpa: para cuidar también deber cuidarte.

Vigila tu descanso, procura dormir 8 horas
Muchas veces será difícil y casi imposible. Ser cuidador conlleva mucho esfuerzo y el cuerpo lo siente. Piensa que procurar tu descanso no sólo es beneficioso para ti, sino también para quien cuidas. Cuando no duermes lo suficiente se presentan algunos problemas como falta de atención, propensión a los accidentes, irritabilidad y somnolencia ante situaciones peligrosas.
Si hay más personas en la casa, pueden hacer turnos de cuidado. Si puedes, también considera contratar los servicios de profesionales por unos días. Prioriza los deberes de la casa, no tienes que realizarlos todos, sólo los estrictamente necesarios. Aprovecha los momentos en los que tu familiar enfermo duerme para descansar tú también.
Sé consciente de tus límites, aprende a decir NO ante situaciones que no sean urgentes
Tienes que tener claro qué tanto puedas dar y no llevar al extremo tu cuidado. Para ello, puedes hacer uso de la ayuda a tu disposición. Y saber en qué momentos decir “no”, sin sentirte culpable ni ofender. A veces las personas con alguna enfermedad tienden a querer más cuidado del que necesitan o dirigen su mal humor hacia el cuidador.

Busca asesoría y ayuda profesional, para ayuda física y emocional
Nunca está de más consultar con los profesionales cuando las cosas se salgan de control. Ellos te guiarán cuando creas que las circunstancias te superan. Acude a ellos cuando observes señales que te inquieten, no esperes a que la situación se complique.
Únete a grupos de ayuda, asociaciones, centros etc.
En estos lugares encontrarás otras personas con experiencias similares a las tuyas: sus vidas cambiaron drásticamente cuando se convirtieron en cuidadores. Al escuchar sus historias te darás cuenta que como tú hay muchos cuidadores que enfrentan la misma situación.

Ser cuidador es una obligación que cae sobre nuestros hombros sin pedirlo. Involucra mucha paciencia, amor y un cambio significativo en los planes de nuestra vida. Es difícil entenderlo al principio, ya que aún no se asimila el impacto de saber que un ser querido está enfermo y que no podrá valerse por sí mismo en muchas actividades que antes le resultaban sencillas. Aplica los consejos que proporcionamos y continúa con fuerza esta nueva etapa de tu vida.
Hakeem Reddie
Redacción CuidaMED
25 de junio de 2019
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